La mujer reina
La mujer reina
Rashid: Desde un punto de vista biológico, las investigaciones demuestran que la mujer es diferente al hombre en todos los aspectos: desde el punto de vista externo, en cuanto a sus órganos internos, e incluso en cuanto a las células del cuerpo. Las células de la mujer llevan el sello de la feminidad, su esqueleto y su masa muscular son diferentes a los del hombre, y todos los sistemas de su cuerpo están dispuestos de una manera que la prepara para el parto y el cuidado de sus hijos. Es decir, una constitución adecuada para la función de maternidad. Al llegar a la pubertad, empieza el ciclo de menstruación, cosa que afecta a todas las partes y órganos de su cuerpo, e incluso la afecta psicológica y mentalmente, además de afectar su estado de humor. Eso sin hablar de las situaciones de embarazo, dar a luz y de amamantar al bebé.
Las hormonas y estado psicológico de la mujer difieren de los del hombre. En contraposición al atrevimiento y dureza del hombre, encontramos la timidez y la gentileza de la mujer.
Por otro lado, el bebé humano, a diferencia de las crías de otros animales, necesita el cuidado y la atención de sus padres durante varios años porque sus fuerzas y su capacidad para vivir independientemente tardan en completarse. Una finalidad de esto es que la relación entre el hombre y la mujer no se limite a una relación sexual, sino que el fruto de esta relación les lleve a cooperar e interactuar en la vida. Por eso, el ser humano fue creado también con un amor y una ternura innatos hacia sus bebés superiores a los que encontramos en los demás animales.
Michael: ¿Y qué?
Rashid: De todo esto podemos sacar la conclusión de que la familia es el formato social natural para el ser humano. Podemos ver la función de cada parte y cada individuo en este formato y esta unidad. Es un papel que sirve y se adecúa a los objetivos y la naturaleza de la unidad (el sosiego, el amor y la compasión). Asimismo, se adecúa a las capacidades y habilidades de cada individuo.
Michael: Entiendo lo que quieres decir. El papel de la mujer es difundir el espíritu de amor, conseguir el sosiego y la tranquilidad psicológicos en la familia, y cuidar de su cónyuge y sus hijos.
Rashid: Exacto. El papel del hombre es conseguir el sustento de la familia con las dificultades y rendimiento que ello conlleva.
Michael: Pero esta visión hace que perdamos la mitad de la fuerza productiva de nuestra sociedad.
Rashid: Todo lo contrario, esta visión hace que ganemos la sociedad en su totalidad. Pero cada uno se esfuerza en su ámbito y su ambiente adecuados. Cuando las mujeres fueron contra su naturaleza y salieron a trabajar codo con codo con los hombres, experimentó un agotamiento en su nuevo trabajo, pero también agotó a su familia y agotó a su esposo. Y así se agotó la sociedad en general. La mujer intentó una y otra vez conciliar entre su trabajo, los quehaceres domésticos y el cuidado de los niños, pero no fue capaz. Se veía obligada a ser una esposa sosegada, una madre llena de ternura y, al mismo tiempo, una trabajadora activa. Y eso es imposible. Entonces, intervinieron otras partes para llenar el vacío que había dejado, y dichas partes no siempre eran dignas de confianza. Además, el hecho de entrar la mujer a trabajar con el hombre fuera de su casa llevó a casos de abuso, acoso, violación y demás crímenes que se cometen contra ellas, así como la humillación de la mujer durante su trabajo en muchas profesiones y oficios en los que trabaja fuera de su hogar.
Michael: Si hablamos del papel de la mujer en la vida y lo limitamos a una función familiar, eso nos llevará a hablar de otro tema en el cual veo que hay una discriminación contra la mujer. Es el tema del deber del hombre de mantener a la mujer.
Rashid: Ese deber no es una discriminación del hombre contra la mujer, es una organización de la institución social que llamamos familia. Cualquier institución debe tener determinadas las funciones, el papel y los deberes de cada miembro. Siempre teniendo en cuenta sus capacidades y sus habilidades. El director no es humanamente superior al contable o al funcionario, por ejemplo, por tener unas competencias más amplias.
En nuestras vidas prácticas, vemos que algunas instituciones o compañías pueden imponer a sus miembros regulaciones, sean obligatorias o prohibitivas, con el fin de cumplir un objetivo supremo que la dirección superior o los directivos de la empresa ven idónea. Por ejemplo, puede que obliguen a llevar una vestimenta determinada, a respetar unas medidas de seguridad determinadas, a llevar a cabo cursos de formación, o quizás les prohíban dejar su lugar de trabajo y salir de la empresa sin pedir permiso, u ocuparse con otra cosa que no sea su trabajo. E incluso, puede que en algunas empresas el contrato incluya ciertas reglas que debe observar el trabajador después de dejar de trabajar en la empresa. Todo esto es corriente y nadie lo niega. Nadie ve estas limitaciones como una discriminación o coerción sobre los trabajadores de la empresa. Todo es parte de un orden claro y bien conocido. Asimismo, no existe ninguna empresa o institución con éxito que no tenga un director con unas competencias que se adecúan a las responsabilidades que asume y por las que puede que se le pidan cuentas.
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